La contaminación ha provocado daños
en el ecosistema, en la vida del hombre, de los animales y plantas. La acción
del hombre, el progreso y la intención de mejorar las condiciones de vida son
las causas principales de la contaminación ambiental que está sufriendo el
planeta. A su vez, los efectos de esta acción la padece el mismo hombre. Los
contaminantes pueden producir efectos nocivos e irreversibles para la salud a
determinados niveles de concentración.
Efectos de la contaminación en los seres humanos:
Según algunos expertos, muchos de los
efectos de la contaminación se relacionan, de forma directa, con el nivel
social y económico en que se encuentren las comunidades afectadas.
La pobreza, la falta de acceso a agua
potable y de vivienda junto a la combustión de leña y carbón influye de manera
significativa sobre la salud de las comunidades más vulnerables que habitan el
planeta.
La parte de la población más afectada
por la contaminación ambiental son: Los ancianos, los niños, las embarazadas y
los enfermos con problemas respiratorios.
Efectos de la contaminación en los animales:
La fauna que
vive en la tierra es la que más ha sufrido la contaminación. A causa de
acciones contaminantes, intencionadas o no, muchas especies están en peligro de
extinción.
La contaminación acústica en el mar y los océanos ha afectado en la salud y en el
comportamiento de numerosas especies submarinas, como delfines, ballenas y
otros animales marinos.
La contaminación química daña a los habitantes del mar, encontraron restos de
metales y de sustancias muy contaminantes como el mercurio, el cadmio, el cobre
y el plomo en especies marinas.
Efectos de la contaminación en las plantas:
Afecta al crecimiento de las plantas y provoca la
desaparición de muchas especies. La escasez de lluvias y la contaminación de
agua, aire y suelo han traído como consecuencia la desertificación. Esta
situación perjudica de manera seria a agricultores porque sus plantas y sus
cosechas no podrán crecer no recolectarse.
Efectos de la contaminación en el aire:
El aire contaminado que flota en la
superficie de la tierra es arrastrado por el viento y la lluvia hacia otras
zonas. Las nubes y las altas temperaturas también contribuyen a que la
contaminación se disperse y llegue a grandes distancias, alejado del punto de
origen.
La exposición continúa a estos
contaminantes del aire puede llegar a provocar afecciones cardiovasculares como
el infarto. Algunos científicos afirman que existe una relación directa entre
el aumento de las partículas contaminantes de las ciudades.
Alejandro Serrano Ventura 1B
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