La alteración de la calidad de la tierra se
debe a diferentes causas y sus consecuencias suelen provocar serios
problemas que afectan a la flora, fauna o salud humana en un largo periodo de
tiempo. A través de la agricultura es uno de los medios por los cuales se
desequilibra al ecosistema contaminando el agua potable o el agua de riego, lo
que conlleva a que no se pueda siempre solucionar este problema y en ocasiones
solamente se podrá recuperar una parte del daño provocado en el área.
Las causas y
consecuencias son variadas, un ejemplo son las
sustancias tóxicas bajo el suelo y que acaban contaminando las aguas
subterráneas que luego se usarán para regar, beber o acabar
intoxicándonos a través de la cadena alimentaria. Un proceso que consigue que
sin querer vayamos contaminándonos tanto nosotros como todo lo que nos rodea, y
el mayor problema es que se necesitarán bastantes generaciones para que se
subsane lo que hemos provocado en este intento de producir a mansalva sin
pensar en los que vendrán después de nosotros.
Acumulación de
basuras, mal almacenamiento de las mismas, vertidos
intencionados o accidentales tanto como fugas en tanques o
infraestructuras deficientes son algunas de las causas que tendrán sus graves
consecuencias.
Y, no solo nos
quedamos aquí ya que la
lista se agranda con problemas “menores” como fugas radiactivas, uso
intensivo de pesticidas, minería, industria química o los mismos materiales de
construcción que se usan a día de hoy sin que nos demos cuenta del impacto que
tienen.
Otra de los grandes
problemáticas es
que son tantas las causas, que en términos generales provoca la desazón
en intentar averiguar cuáles son, ya que es tarea difícil. Es como si en
nuestra casa tuviéramos 20 goteras y no pudiéramos ver dónde están y como
erradicarlas o repararlas. El problema que aquí no es nuestra casa, es nuestro
propio planeta el que está en juego.
Las consecuencias de
la contaminación del suelo conlleva a que ciertas zonas donde
existía un ecosistema rico, se vaya convirtiendo en un desierto o que
sus tierras sean imposibles de usar para la construcción o ya menos para el
cultivo. Y, aquí las “víctimas” son silenciosas, no es como un fuego que ves
rápidamente los daños sufridos, aquí es como una especie de muerte lenta que va
atrapando a uno sin darse cuenta de la enfermedad que sufre.
Podríamos poner
varios ejemplos de la contaminación de los suelos, pero el más reciente y explosivo es
Fukushima, ya que está afectando
sobremanera a la agricultura, ganadería y la pesca. Incluso el fondo
marino está sufriendo los efectos de tal catástrofe. Y, tampoco sabemos a
ciencia cierta lo que está ocurriendo allí, ya que la mayoría de las noticias
están siendo escondidas.
EMILIO LOZADA SALAZAR 1"B"
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