El aire contiene suspendidos numerosos agentes nocivos,
partículas orgánicas, gases, humus, microorganismos, virus, hongos, toda clase
de alérgicos, humedad, sustancias volátiles, etc., que en determinado momento
pasan a la tráquea, bronquios y alvéolos, produciendo diferentes episodios de
enfermedad respiratoria que van desde una afección gripal, una crisis de bronco espasmo o una neumonía bacteriana. Los niños y ancianos son los más
vulnerables a estos factores atmosféricos, por una parte por el tamaño de la
vía aérea y porque los mecanismos de defensa no tienen la madurez suficiente;
por otra parte en la tercera edad se asocian factores inmunológicos, Enfermedad
Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), asma y otras patologías respiratorias
preexistentes.
La mucosa bronquial y los movimientos ciliares son los
encargados de expulsar todas las partículas extrañas, además que por su
contenido en IGA (inmunoglobulina A), leucocitos y macrófagos tratan de
neutralizar los microorganismos. El incremento de la polución atmosférica ha
aumentado considerablemente las enfermedades de las vías respiratorias,
especialmente los procesos crónicos.
El pulmón es la mayor superficie corporal que está en contacto
con los componentes gaseosos del entorno. El cociente entre la superficie de
intercambio gaseoso del pulmón y la superficie total del cuerpo se sitúa
aproximadamente en un valor de 40-1. Cien metros cuadrados de epitelio
respiratorio, esto es, un 60% de la superficie epitelial, entran en contacto
cada día con unos 9.000 a 10.000 litros de aire inspirado, según el profesor G.
Huchon del Hospital Laenec de París. En consecuencia, el pulmón constituye a la
vez un blanco para las enfermedades ambientales y una importante vía de
penetración para los contaminantes atmosféricos, que pueden ser responsables
además, de patología extra respiratoria, pues el 70% del aire inspirado llega
hasta los alvéolos, franqueando las defensas del aparato respiratorio.
La importancia de los efectos de la contaminación
atmosférica sobre el aparato respiratorio, no ofrece duda alguna, especialmente
después de los episodios de contaminación atmosférica que se produjeron en 1930
en Bélgica, 1948 en Pensilvania y en 1952 en Londres. Estos episodios se
asociaron con un aumento importante de la mortalidad, sobre todo en pacientes
que presentaban ya enfermedades respiratorias.
La contaminación atmosférica es el principal componente de
la contaminación ambiental y puede definirse como la presencia en la atmósfera
de una o varias sustancias en cantidad suficiente para producir alteraciones de
la salud, se presenta en forma de aerosol, con sus componentes gaseosos y
específicos, alterando la calidad de vida de la población y la degradación de
los ecosistemas. El principal contaminante, tanto por la frecuencia como por la
importancia de sus efectos, es el humo de cigarrillos.
El ambiente se ha visto más comprometido con el progreso
industrial, proveniente de chimeneas y fábricas, incendios forestales,
sustancias irritantes como disolventes, pinturas y resinas que aumentan la
concentración de partículas y gases tóxicos como el dióxido de nitrógeno y
monóxido de carbono, la exagerada utilización de aerosoles, pero especialmente
el aumento de vehículos circulantes y la falta de concientización de la
población en cuanto a estos factores se refiere y de manejo de desechos, lo que
afecta directamente las vías respiratorias, especialmente en pulmonares
crónicos, asmáticos y enfermos cardiovasculares.
Muchos ambientes interiores, como el hogar y sitios de
trabajo, presentan condiciones de humedad, frío, oscuridad, pérdidas de gas,
chimeneas, calor, corrientes de aire, proteínas animales y Aero alérgicos, que
condicionan un ambiente propicio para la propagación de enfermedades
respiratorias. Las bacterias, los virus y los hongos prosperan en el aire
cálido estancado, igualmente el polvo de diferentes procedencias, el polen, las
esporas, flotan en el aire e inciden directamente en personas con antecedentes
de enfermedad pulmonar o alérgica. La infección se presenta habitualmente por
la inhalación de microorganismos presentes en el ambiente y si bien no se
multiplican en el aire, ésta es la vía por la que se transmiten. Las
concentraciones son más altas en sitios cerrados y se facilita su transmisión
al estornudar, toser o simplemente respirar o hablar por medio de gotas
microscópicas de líquido mucoso bronquial. El aire inspirado al circular
lentamente permite que se sedimenten las partículas según su tamaño, llegando
así a las diferentes partes del árbol respiratorio.
Factores que contribuyan a la mala calidad del aire en
edificios (%).
Hongos alergénicos
Polvo en suspensión en el aire
Bacterias patógenos o alergénicas Humedad relativa baja Formaldehido Fibra de vidrio Gases de escape de vehículos Compuestos volátiles orgánicos Humo de tabaco Humedad relativa alta Ozono |
24
16.2 12.2 11.4 6.7 4.7 4.3 3.2 2.2 2.2 0.5 |
Cuando la gruesa y sucia capa de aire del ambiente se mezcla
con humo y bruma, constituye lo que se conoce como smog (en Inglés smoke y fog)
de los ingleses.
Actualmente en nuestro país las enfermedades respiratorias
agudas constituyen la primera causa de consulta ambulatoria de urgencias,
ocasiona entre el 50 y el 80% de las hospitalizaciones y representa la primera
causa de mortalidad en la población menor de 5 años y la 5ª sobre la mortalidad
general. El asma, ocupa el primer lugar entre los trastornos crónicos de la
infancia, aparte de ser la primera causa de ausentismo escolar. Afecta entre el
5 y el 10% de la población menor de 15 años.
La inhalación de polvillos inorgánicos produce una serie de
enfermedades pulmonares que se conocen como neumoconiosis. Las más importantes
son: silicosis, (exposición a minas, canteras, tallado de piedras, cemento,
etc.); antracosis (trabajadores de minas de carbón); beriliosis, asbestosis e
inhalación de amianato. La asbestosis es una fibrosis pulmonar difusa por
exposición reiterada al polvillo de amianto durante mucho tiempo. En estos pacientes
la incidencia de cáncer bronquial es mucho mayor. Frecuentemente el mesotelioma
maligno de la pleura se considera secundario a la exposición al amianto. La
inhalación de vapores tóxicos puede causar neumopatía aguda o crónica. Entre
los agentes etiológicos figuran el dióxido de nitrógeno (enfermedad de los que
manipulan silos), el cloro, el fósforo, el anhídrido sulfuroso, el óxido de
zinc, los vapores de mercurio, los vapores de cadmio y de polímeros.
Presencia de Alérgenos Ambientales
La inhalación de sustancias orgánicas, producen enfermedades
pulmonares, en la mayoría de los casos una alveolitis alérgica. Es conocido el
pulmón del granjero (por inhalación de heno enmohecido), fiebre o brucelosis
(especialmente los que manipulan ganado caprino); ornitosis (Psitacosis,
neumonitis aviaria), histoplasmosis y criptococosis. Los ganaderos del Cono Sur
del continente corren el peligro de infestación equinococócica (hidatidosis)
patología muy frecuente en dicha región y aún no registrada, los que manipulan
conejos pueden contraer tularema. Bagasosis (por bagazo enmohecido); bisinosis
(polvillo de algodón, lino y cáñamo) y los que trabajan con pulpa de madera,
aserrios, etc.
La asociación entre hipersensibilidad a los alérgenos
inhalados y el asma, es reconocida, especialmente en niños, donde se evidencia
una respuesta inflamatoria inmune del pulmón. Los alérgenos derivados del ácaro
del polvo casero, representan los alérgenos más comunes y los estudios
realizados muestran que hasta el 80% de los asmáticos alérgicos son
sensibilizados al polvo casero. Los factores determinantes para el crecimiento
del ácaro son la temperatura y la humedad ambiental.
También existe el alérgeno del gato (el felis doméstico), el
cual tiene un tamaño entre 2-5 micras, lo cual le permite permanecer mucho
tiempo en el aire. La sensibilidad al perro es menor (can FI), contiene un 25%
de la actividad alérgica del pelo y caspa, especialmente en la saliva y la
piel. Las cucarachas proveen un 30% de alérgenos domiciliarios. Los asmáticos
tienen una gran sensibilidad a la inhalación de estos polvillos orgánicos,
inorgánicos y vapores tóxicos, los que pueden desencadenar una crisis
asmatiforme. Muchos de estos gases y aerosoles solubles y compuestos
hidrocarbonados, pueden inducir al edema pulmonar agudo, cuya gravedad depende
mayormente de la intensidad y duración de la exposición. Son muy importantes
las secuelas como la bronquiolitis, fibrosis grave y la peribronquilitis,
bronquiectasias generalizadas y enfermedades de las vías aéreas de tipo
obstructivo.
Otra enfermedad relacionada con los alérgenos, es la rinitis
alérgica (fiebre de heno), producida por la inhalación de los pólenes de
ciertas plantas, los que desencadenan en organismos sensibilizados, reacciones alérgica
o anafiláctica de diferente intensidad, cuyos síntomas pueden ser leves,
moderados o graves. Se presenta con intensa tumefacción, edema y secreción de
la mucosa nasal, acompañada de prurito y estornudos, intensa conjuntivitis con
fotofobia, escozor en los ojos y edema palpebral. En ocasiones puede coexistir
con laringitis, laringotraqueitis, otitis y verdaderos accesos de broncoespasmo
con abundantes sibilancias. Es frecuente en agricultores y jardineros. La
mayoría de los rinitis son ocasionadas por los rinovirus.
La rinitis vasomotora, a diferencia de la fiebre de heno se
debe a una hipersensibilidad constitucional y las causas son múltiples. La
histamina liberada puede ser en cualquier órgano, produciendo importantes
reacciones vasomotoras que se manifiestan por obstrucción nasal súbita con
eliminación masiva de una secreción acuosa (rinorrea), con fuertes accesos de
estornudos. Los alérgenos son varios y muchos relacionados con determinadas
profesiones que inhalan polvos irritantes, como los panaderos, los farmacéuticos,
los molineros, los vapores, el humus, el polvo de establos, de plumas (galpones
de aves), el polvo casero, los cabellos y los pelos (peluqueros), los perfumes,
la manipulación de carnes, los peces, etc. Estos alérgenos también pueden
producir urticarias, erupciones eritematosas cutáneas, cefaleas y desencadenan
crisis asmáticas, lo que de hecho es el terreno más propicio.
La conjuntivitis alérgica se presenta también por la gran
contaminación del aire especialmente en las ciudades y con la exposición al
sol, a la industria del caucho o de productos inflamables, la floricultura, los
talleres de soldadura, al polen, pelos de animales, plumas, etc., los ojos se
presentan enrojecidos, con fotofobia y rasquiña, lo que puede complicarse con
conjuntivitis viral o bacteriana donde se agrega la secreción mucopurulenta.
EMILIO LOZADA SALAZAR 1"B"
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